El pasado viernes, en vísperas del 28 de septiembre, diversas organizaciones feministas a lo largo del país convocaron a marchas y acciones territoriales exigiendo la legalización del aborto en Chile.

Al igual que el año pasado, fue una jornada que sacó a cientos de manifestantes a las calles detrás de la consigna «Aborto legal es justicia social», a sólo unos meses de que el gobierno de Boric presente el proyecto de Ley de Aborto —comprometido para diciembre de este año— que busca garantizar, al fin, nuestro derecho a decidir.

Este hito de movilización latinoamericana por un aborto legal y seguro tiene sus orígenes en la larga historia internacionalista y antirracista del movimiento feminista. La fecha fue acordada en el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe de 1990 en San Bernardo, Argentina.

La delegación brasileña propuso conectar la lucha por los derechos sexuales y reproductivos con otro 28 de septiembre, el de 1871, día en que se promulgó en Brasil la Ley de Libertad de Vientres, que declaró libres a todos los hijos e hijas nacidos de mujeres esclavizadas.

En Santiago, alrededor de dos mil manifestantes se convocaron en Baquedano para avanzar por la calzada sur de la Alameda en dirección al poniente, donde a la altura del Paseo Bulnes cerraron en un acto político y cultural donde las convocantes entregaron palabras.

A siete años de la Ley IVE

Desde su promulgación en el segundo gobierno de la expresidenta Michelle Bachelet en 2017, más de 4 mil 500 personas se acogieron a la Ley de Interrupción Voluntaria de Embarazo.

Sin embargo, para las organizaciones feministas su implementación ha sido accidentada y la objeción de conciencia uno de sus principales obstáculos.

La coordinadora de la Asamblea Permanente de Legalización del Aborto, Siomara Molina, ha señalado que:

“La realidad es que las mujeres y las personas que abortan lo hacen por muchísimos más motivos que las tres causales, los que tienen que ver la vida que uno planea tener o con las condiciones de vida que uno tiene, entonces, los abortos que ocurren fuera del marco de la ley, son miles, muchísimos más”.

“No conocemos una cifra exacta porque la clandestinidad hace que no podamos conocer la dimensión final, pero más allá de las causales, existe una realidad abrumadora que no podemos evitar de otro modo (…) Cuando prohíbes el aborto lo que se hace básicamente es inducir a las mujeres y a las personas que deciden abortar a que lo hagan en condiciones inseguras y pongan en riesgo su salud, su vida y su libertad “.

Desde la Asamblea seguimos trabajando tanto en incidencia, como en territorios, difundiendo información segura a personas con capacidad de gestar para que puedan tomar decisiones informadas y seguras.